Se busca rover lunar de nueva generación para Artemis

Northrop Grumman ha reunido a un equipo para idear un diseño de un nuevo Lunar Rover para la NASA. En comparación con algunos conceptos futuristas, la visión de la compañía es, a primera vista, un reto. La empresa liderará la integración del vehículo junto con los controles, el almacenamiento de carga, la gestión de la energía y la aviónica. AVL (Anstalt für Verbrennungskraftmaschinen List) será responsable del proyecto de conducción, dirección y suspensión, así como del casete de batería. El grupo también está formado por Michelin, que diseñará la estructura de la rueda y el neumático (sin aire), y Lunar Outpost, que contribuirá con las lecciones de su propio robot trundlebot MAPP.

Los caminantes lunares de Apolo, Charlie Duke y el Dr. Harrison (Jack) Schmidt, también contribuirán con sus experiencias. Duke montó el rover con John Young en el Apolo 16 de 1972, y Schmidt fue emparejado con Eugene Cernan para la misión final del Apolo 17. No obstante, Northrop Grumman no es el único candidato a este proyecto. Lockheed Martin y General Motors se han asociado con el objetivo de proporcionar a la agencia espacial un vehículo autónomo que, además de transportar a los astronautas, podría encargarse de forma remota de recorrer la superficie para maximizar el rendimiento científico.

Es un paso adelante con respecto a los vehículos de impresionante capacidad desarrollados en la década de 1960. El último rover, del Apolo 17, logró más de 35 km de conducción durante su misión. Sin embargo, estaban limitados en cuanto a la distancia que podían recorrer desde el Módulo Lunar para garantizar que los cosmonautas pudieran caminar de regreso en caso de que su viaje fallara. Al final resultó que los rovers demostraron ser altamente confiables. Y la cámara de uno de ellos capturó la partida de los últimos astronautas en caminar sobre el satélite.




Para Michelin el proyecto supone un dar salto de gigante. El fabricante de neumáticos francés ha asumido el reto de desarrollar un neumático sin aire para equipar el futuro Lunar Terrain Vehicle (LTV). El objetivo de sus equipos de I+D es fabricar un neumático capaz de resistir las condiciones extremas del polo lunar para explorar la superficie y permitir una presencia sostenible en la Luna en 2026 y, en última instancia, en Marte. Para diseñar una solución de neumático sin aire adaptada al LTV, además de la experiencia adquirida en colaboraciones anteriores con la NASA, la compañía gala se apoyará en su experiencia en materiales de alta tecnología y en el conocimiento adquirido en la desarrollo de soluciones airless para aplicaciones extremas. La compañía es pionera en la aviación, y ya ha ofrecido su saber hacer a la conquista del espacio.

En la década de los noventa, la marca suministró los neumáticos para el transbordador espacial, imprescindibles para que aterrizara correctamente al regresar de su misión. En la década de 2000, Michelin volvió a trabajar con la NASA para desarrollar la Lunar Wheel, con el fin de equipar vehículos de exploración. Se trata de una rueda sin aire comprimido, flexible, robusta e irrompible, que servirá de base para desarrollar el prototipo previsto para 2025, coincidiendo, si no hay más retrasos, con el lanzamiento de la misión tripulada Artemis. El primer prototipo del vehículo lunar se presentó al público en general por primera vez en el Consumer Electronic Show (CES) de Las Vega, y ahora se exhibirá en la sede de Northrop Grumman (Falls Church, Virginia, EE UU).


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