Galileo Galilei fue un importante científico de finales del siglo XVI y principios del XVII, sobre todo en los campos de la física y la astronomía. Labor que en su momento ni le fue fácil ni agradecida, y que más de 300 años después se vio homenajeada a más de 380.000 kilómetros de su Italia natal por uno de los pocos afortunados humanos que ha pisado la Luna, y de una manera muy curiosa.
En el astro hay una gravedad más débil (un sexto de la aceleración de la de la Tierra). Pero lo que no hay es atmósfera. Y, por tanto, no hay resistencia del aire. Así, se cumplen las condiciones para que ante una caída no haya una fuerza de resistencia por parte del aire. De forma que dos objetos soltados desde la misma altura deberían tocar el suelo a la vez.
Para demostrarlo, el comandante David Scott en la misión Apolo 15 (26 julio - 7 agosto de 1971) tomó un martillo de geólogo de 1,32 kilogramos y una pluma de halcón de unos 30 gramos. Sostuvo ambos a la misma altura (unos 1,6 metros) y los dejó caer, cumpliéndose lo que, según la física, debería pasar (y mostrándolo en directo por televisión).
«En mi mano izquierda tengo una pluma, en mi mano derecha tengo un martillo. Supongo que una de las razones por las que hemos podido llegar aquí es gracia a que un caballero llamado Galileo hizo un descubrimiento muy significativo sobre la caída de objetos en campos gravitatorios, y qué mejor lugar para confirmar sus hallazgos que en la Luna.
Así que pensamos en demostrarlo aquí para vosotros (el público). Y la pluma tenía que ser de halcón, por nuestro Falcon (uno de los módulos de la misión). Los voy a soltar desde aquí arriba y, con suerte, caerán al suelo al mismo tiempo (los deja caer). ¿Qué os parece? Galileo tenía razón».
0 Comentarios