China niega que el cohete a la deriva sea el lanzado en 2014

Nunca un evento astronómico había desatado antes tanta polémica. Ahora resulta que China niega ser la responsable de los restos del cohete de 2014 que impactará en la Luna el 4 de marzo. «No se originan en la misión Chang'e 5-T1», afirmó hoy Wang Wenbin, ministro de Relaciones Exteriores. «Según el monitoreo de la CNSA, la etapa superior del cohete relacionado con la misión Chang'e 5 entró en la atmósfera de la Tierra y se quemó por completo», aseguró el portavoz. Los datos de seguimiento del 18º Escuadrón de Control de la Fuerza Espacial sugieren que 2014-065B, el designador internacional para la etapa del cohete en cuestión, volvió a entrar en la atmósfera en octubre de 2015, un año después del lanzamiento, aparentemente respaldando la afirmación del país asiático.

El anuncio agrega más misterio a un evento que ha captado la atención generalizada desde que el astrónomo Bill Gray informara por primera vez el 21 de enero de que un objeto designado como WE0913A viajaba sin combustible y a la deriva en una trayectoria que apuntaba directamente al lado oculto de nuestro satélite. Gray inicialmente asoció los escombros con el lanzamiento del Falcon 9 del Observatorio Climático del Espacio Profundo (DSCOVR) en febrero de 2015. Sin embargo, ante un aviso desde la NASA, que ya ha dicho que estudiará el cráter originado, Gray revisó la identificación de WE0913A el sábado 12 de febrero, rectificando si información y asegurando que el aparato se ajustaba mejor a la etapa superior del cohete Long March 3C que lanzó el Chang'e 5-T1 de China en 2014. 


© Svenry


El cambio de teoría vino propiciado porque el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial norteamericana avisó a Gray por correo electrónico de que, probablemente, el objeto en cuestión encajaba de forma más exacta con el impulsor chino. Una identidad confirmada también por un análisis independiente llevado a cabo por estudiantes de la Universidad de Arizona (EE UU). De confirmarse finalmente que no se trata de la nave china, quizá sería interesante plantarse en serio el incipiente debate sobre la necesidad o no de rastrear objetos de forma más significativa y constante en el espacio profundo.

Pese a todo, Beijing insiste y «defiende concienzudamente la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior», dijo Wenbin. China se ha propuesto convertirse en una superpotencia espacial y dio un paso histórico el año pasado con el lanzamiento de la misión tripulada más larga a su nueva estación espacial. La segunda economía más grande del mundo ha invertido miles de millones en su programa espacial dirigido por militares y espera eventualmente enviar humanos a la Luna.

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