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China se reafirma en su viaje tripulado a la Luna

La NASA está preocupada. Estados Unidos retrasó a 2025 la misión Artemis 3, su regreso tripulado a la Luna, debido a retos legales y la covid-19 y teme que China se le adelante. El país asiático se lo quiere poner difícil a los norteamericanos: su agencia espacial develó el viernes en Beijing que se está preparando para un alunizaje que colocará a sus astronautas en la superficie lunar. De hecho, los planificadores e ingenieros del programa están investigando ya la hoja de ruta y las tecnologías necesarias para materializar el aterrizaje humano.

«Los resultados de su trabajo se verán a su debido tiempo. Nuestros astronautas definitivamente aterrizarán en la Luna», aseguraron. China tiene un plan a largo plazo para establecer al menos una estación científica allí. Esperan utilizar las misiones tripuladas para realizar estudios científicos e investigaciones tecnológicas, explorar formas de desarrollar los recursos lunares y fortalecer las capacidades espaciales de la nación. Y su intención mantiene en vilo a la NASA. 

Aunque los ingenieros chinos necesitan construir cohetes portadores y naves espaciales nuevas y más fuertes antes de organizar un viaje. Pero eso no supone un problema. Zhou Yanfei, diseñador jefe adjunto del programa, dijo en septiembre de 2020 que el país tiene dicha capacidad «gracias a sus tecnologías, sus profesionales innovadores y bien capacitados y sus sistemas eficientes de investigación y gestión».

«Los actuales no pueden enviar astronautas a la Luna porque no están diseñados para tal misión. Necesitamos diseñar un nuevo cohete, una nueva nave espacial, una cápsula de aterrizaje lunar y un nuevo traje espacial adecuado para una Luna. También necesitamos mejorar nuestro sistema de apoyo terrestre, que fue diseñado para operaciones en órbita terrestre baja en lugar de en la superficie lunar», reconoció.


© EFE


Los diseñadores de la Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento, el principal fabricante de cohetes portadores del país, están intentando desarrollar un cohete superpesado, varias veces más grande y poderoso que el Long March 5, el más gigante y fuerte de su familia. Aún no tiene  nombre, pero sí longitud: casi 90 metros. Con un peso de despegue de 2.000 toneladas métricas, podrá colocar una nave espacial de 25 toneladas en una trayectoria Tierra-Luna.

Superpotencia espacial

Es obvio que los funcionarios de la agencia espacial china están trabajando para convertirse en una superpotencia espacial junto con Estados Unidos y Rusia. Las misiones futuras, programadas para comenzar en 2024, serán cada vez más complejas, lo que dará como resultado el modelo básico de una estación de investigación. Conocida como la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), consistirá en una base en la superficie y una estación en órbita. Está previsto que su construcción comience en 2026.

Se trata de un proyecto conjunto con Roscosmos, la agencia espacial rusa. Ambas naciones esperan que esté operativa antes de una misión conjunta con tripulación en el año 2030. Hasta entonces, durante la década de 2020, lanzarán Chang’e 6, 7 y 8, un trío de misiones sin tripulación, según explicó Wu Yanhua, subdirector de la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA). La iniciativa nace tras ver a la nación lanzar su propia estación espacial en 2021.


© Roscosmos / CNSA


Chang’e 6 será la primera misión en explorar el polo sur de la Luna. Se espera que se lance en 2023 o 2024. Chang’e 7 estudiará en 2024 la superficie terrestre, la composición y el entorno espacial en una misión general. Mientras que Chang’e 8 se centrará en el análisis técnico de la superficie y en verificar los sistemas tecnológicos del proyecto. Incluirá una base 100% robótica, diseñada para investigar y explorar la capa externa de Selene sin intervención humana. 

Se lanzará hacia el final de la década y probablemente sentará los cimientos para la construcción de una base lunar utilizando la impresión en 3D. Esto luego se ampliará para permitir que los astronautas realicen estancias de larga duración en la superficie selenita hasta la década de 2030. 

China opera el módulo de aterrizaje y el rover Chang’e 4 en el lado oscuro de la Luna desde 2019. En noviembre de 2020 enviaron la sonda Chang’e 5 para recolectar y devolver las primeras muestras de suelo lunar en 45 años. La nave ha desvelado aspectos volcánicos de la luna y agua en su superficie. Además,  el rover Yutu 2 está investigando rocas igualmente en la cara oculta. Tal es así que incluso descubrió una 'cabaña' misteriosa.

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