«Este es el tipo de cosas que Estados Unidos debe hacer para seguir siendo un líder en el espacio», sentencia Elliot Carol, director ejecutivo de Lunar Resources. Y es que en los últimos años se ha hablado mucho sobre extraer hielo de agua en cráteres sombreados del Polo Sur de la Luna para usarlo como propulsor de cohetes. El entusiasmo por esta idea ha llevado a la NASA a comenzar a planificar las primeras misiones humanas de su programa Artemis para aterrizar cerca del casquete inferior en lugar de en las latitudes medias.
Lunar Resources, una empresa con sede en Houston (EE UU) opina que hay valor en el regolito gris y polvoriento que se extiende por toda la superficie lunar. La empresa está desarrollando tecnología para extraer hierro, aluminio, magnesio y silicio del regolito del suelo selenita. Estos materiales, a su vez, se utilizarían para fabricar bienes en la Luna. «Hay todos estos metales valiosos allí, solo queda cojerlos», afirma Carol. El directivo solos e ha involucrado en la industria espacial durante los últimos cinco años.
La oportunidad de industrializar la superficie de la Luna era demasiado tentadora para pasarla por alto. La idea puede sonar fantasiosa. Pero hay tecnología válida y dinero. Además del capital privado recaudado hasta la fecha, la Fundación Nacional de Ciencias y la NASA han proporcionado a la empresa unos 3 millones de dólares en financiación para desarrollar un prototipo de reactor que podría enviarse a la Luna para una prueba de demostración. Según Carol, este reactor estará listo para volar «antes» de 2024.
© Lunar Resources |
La tecnología para extraer metales tiene sus raíces en la NASA. Se llama electrólisis de regolito fundido. Con ella se calienta el regolito lunar a una temperatura de 1.600 grados, se funde y luego se electroliza para producir oxígeno y metales, como hierro y silicio. Aunque la composición varía según la ubicación, el suelo lunar se compone de un 40-45% de oxígeno, un 20% de silicio y un 10% de aluminio, con cantidades más pequeñas de hierro y titanio. A largo plazo, el plan de la compañía es producir metales y usarlos para fabricar sistemas de energía en la Luna.
Todos los materiales están ahí para producir células solares de silicio, cables de transmisión y almacenamiento y para proporcionar energía a los asentamientos durante la noche lunar de 14 días. «La extracción de recursos es necesaria para que EE UU cree una presencia permanente en el astro», declaró Carol. El reactor inicial de la compañía medirá 1 metro de diámetro y altura y procesará cucharadas de regolito entregadas por un pequeño rover.
El objetivo es procesar hasta 100 kilos de regolito en 24 horas. Lunar Resources hizo público también que está negociando con la NASA un viaje a nuestro satélite en una de las misiones de Servicios de Carga Lunar Comercial de la agencia. Este demostrador sería una carga útil bastante grande para tal misión, alrededor de media tonelada métrica. «El desafío de demostrar tecnologías industriales es que son más pesadas que las cargas científicas», reconoció Carol.
En realidad, probar una tecnología como la electrólisis de regolito fundido en un laboratorio está muy lejos de hacerlo en el vacío en la dura y polvorienta superficie lunar, que tiene fluctuaciones extremas de temperatura. Pero nadie dijo que el espacio fuera fácil. Y este es precisamente el tipo de trabajo experimental que el programa de cargas lunares de la NASA debería apoyar si la agencia espacial alguna vez encuentra un camino hacia la exploración sostenible del espacio profundo.
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