Nos hemos acostumbrado a verlos rodando por la rocosa y roja superficie de Marte. Pero ni rastro de ellos en la Luna. Quizá por eso, la NASA planea que 2022 sea el año en el que EE UU lleve a la superficie de nuestro satélite dos módulos de aterrizaje robóticos y pequeños rovers. Desde 1972 ninguna nave espacial estadounidense ha llevado a cabo un alunizaje. Pero dos contratistas financiados por la agencia americana, Intuitive Machines (con sede en Houston) y Astrobotic (con sede en Pittsburgh), esperan ser parte de la primera nueva misión a la superficie selenita.
«Tenemos una buena oportunidad de ser primeros, pero ese no es el gran problema; el éxito es lo más importante», dijo el CEO de Astrobotic, John Thornton. Su compañía ya ha conectado al módulo de aterrizaje Peregrine un pequeño rover del tamaño de una caja de zapatos, llamado Iris, para su posible envío a la Luna en la primera mitad de este año. «La misma miniaturización que acumula energía en un teléfono es la misma tecnología que se utilizará para conducir a través de la superficie de la Luna», adelantó el especialista.
El nombre de los vehículos de Astrobotic, CubeRover, se inspiró en los llamados satélites cúbicos –que ahora vienen en tamaño de caja de zapatos– que realizan experimentos y tareas de comunicación en la órbita terrestre baja. Fueron los estudiantes de la Universidad Carnegie-Mellon en Pittsburgh los que construyeron Iris bajo un programa fundado por el profesor y especialista en robótica Red Whittaker, quien llevó al centro educativo a la victoria en un concurso gubernamental para producir autos autónomos en 2007. Ahora es el presidente de Astrobotic.
Thornton cree que la firma liderará la misión estadounidense a la superficie lunar después de que Apolo 17 hiciera lo propio en 1972, aunque no puede garantizarlo. Esto se debe a que Intuitive Machines acaba de hacer público que está casi lista para su lanzamiento tras completar las pruebas de su red de seguimiento y asegurarse de que es capaz de comunicarse correctamente con Nova-C, (el primer módulo de aterrizaje lunar privado) que también transportará un pequeño rover para Spacebit Technologies, con sede en Londres.
Peregrine. © Astrobotic |
Primeras misiones
Las misiones de Artemis comenzarán con un vuelo de prueba sin tripulación alrededor de la Luna en marzo, seguido de misiones tripuladas que podrían aterrizar sobre el regolito en 2026. Las misiones de aterrizaje robótico de Astrobotic (Peregrine, 79,5 millones de dólares) e Intuitive Machines (IM-1, 77 millones de dólares) están diseñadas para investigar los sitios de aterrizaje y los recursos para las misiones tripuladas Artemis planeadas por la NASA.
Tales sumas suponen una ganga para la agencia espacial norteamericana en comparación con el costo de las misiones Apolo y otros módulos de que conducen a Apolo, opinó Thornton. «La NASA ha otorgado siete de estas misiones de aterrizaje, misiones CLP, por menos de mil millones de dólares, pero en el pasado una misión como esta podría haber costado mil millones», explicó.
Astrobotic planea lanzar su primera misión en un cohete ha elegido el cohete de United Launch Alliance, mientras que Intuitive proyecta su primer lanzamiento en un SpaceX Falcon 9. Ambas llevarán cargas útiles y equipos adicionales para la NASA y clientes comerciales. Pero el regreso de Estados Unidos a la Luna, incluso solo de forma robótica, se ha visto frustrado por la pandemia de COVID-19, debido básicamente a los problemas de la cadena de suministro en la obtención de materiales y componentes altamente especializados.
IM-1. © NASA |
Las dos misiones ya tienen al menos un año o dos de retraso. «Hay un montón de partes que tienen que unirse y estás usando material de alta gama que puede ser muy difícil de obtener en tiempos normales y se vuelve aún más complicado con el COVID-19», recordó Peter McGrath, vicepresidente de desarrollo comercial de Intuitive Machines. «Estamos integrando el sistema de propulsión a la nave espacial y deberíamos tenerla lista en un par de meses. Luego habrá pruebas y se irá al sitio de lanzamiento», relató el CEO de Astrobotic.
Thornton dijo que la competencia con otras compañías en el programa de la NASA, incluida Intuitive Machines, es «feroz». Ambas compañías han construido sus propios centros de control de misiones en sus respectivas sedes centrales. Astrobotic tiene ocho rovers adicionales en construcción ahora, algunos de los cuales son para fines de prueba y demostración, indicó Michael Provenzano, director de movilidad planetaria. Se prueban en el laboratorio de simulación de regolito lunar de la compañía.
La clave para ensayar con los nuevos rovers es comprender cómo podrían rodar sobre los guijarros y el polvo en la superficie lunar en la baja gravedad. Mientras tanto, Astrobotic está ayudando a asesorar a la NASA sobre futuros vehículos que podrían recoger grandes cantidades de rocas o hielo para futuras misiones, adelantó Provenzano. «En muchos sentidos, estamos recreando la rueda, porque estamos tratando de asegurarnos de que sean los datos correctos para nuestras misiones, y esto simplemente no se había hecho antes», justificó.
© Nissan |
Nissan, por su parte, también ha presentado el prototipo de un vehículo lunar, en esta ocasión algo más grande, desarrollado conjuntamente con JAXA, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón. En él prima la tecnología de control de precisión de los vehículos eléctricos, que en las cuatro ruedas aumenta el rendimiento de conducción en superficie. El modelo Nissan Ariya e-4ORCE está equipado con motores delanteros y traseros. El par de cada motor se puede controlar individualmente para proporcionar tracción durante la aceleración. El modelo está programado para comenzar a venderse en Japón en el verano.
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