La Estación Espacial Internacional (ISS) solo será un amasijo de metal estrellado en el océano Pacífico dentro de 10 años. Este destino decidido por la NASA viene precedido del lanzamiento de una nueva plataforma: Gateway, que orbitará la Luna como parte del programa Artemis y en la que una empresa de Tres Cantos (Madrid) trabaja casi a contrarreloj. Se llama Crisa y, aunque ahora se encuentra integrada en la europea Airbus, abrió sus puertas allá por 1985.
«Todo empezó gracias a un compañero que realizó una visita comercial a varias firmas de EE UU», relata Emilio Lapeña, responsable técnico del proyecto HALO PMAD. El resultado del viaje fue un contrato con Northrop Grumman —una de las empresas más importantes de la industria aeroespacial y militar— para fabricar el sistema de propulsión y energía (PPE) de Gateway. Algo que tras más de un año de trabajo no salió adelante, ya que la NASA se decidió por otra propuesta.
No obstante, consiguieron capturar el interés de Northrop Grumman. «Vieron que disponíamos de una tecnología notablemente avanzada". En particular, un sistema desarrollado para explorar Júpiter de la Agencia Espacial Europea que después fue aplicado a la malograda propuesta de Gateway. NG entró a competir por el HALO (Habitation and Logistics Outpost o Puesto Avanzado de Vivienda y Logística) y ofertaron a la agencia americana una modificación de un vehículo de carga que ahora opera en la Estación Espacial Internacional.
Tras lograr la adjudicación, la participación española en uno de los proyectos espaciales más importantes hasta la fecha estaba asegurada. El encargo de Airbus Crisa para la Gateway es el Power Management and Dristribution (PMAD). Se trata del elemento de distribución principal a la hora de gestionar la energía a bordo.
El esquema más primigenio de la estación espacial está compuesto por solo dos elementos o módulos. El primero es el mencionado sistema de propulsión (PPE), que se encargará de mantener en órbita la Gateway y de aportar energía gracias a sus paneles solares. El segundo espacio es HALO, el centro de operaciones de los astronautas y la plataforma logística. Ahí es donde estará instalado el PMAD.
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Ambas partes despegarán de la Tierra ya acopladas en un Falcon Heavy de SpaceX. Una vez en órbita lunar, se irán acoplando los diferentes módulos al HALO, de los que PMAD también se encargará de administrar y gestionar la energía. HALO unirá en una primera fase Orión y en una segunda el hábitat europeo. Suministrará recursos a los astronautas en cada viaje a la Luna y servirá de 'aparcamiento' del vehículo.
El diseño del PMAD está basado en algunos otros trabajos que la compañía ha realizado y que se encuentran operativos en los satélites fabricados. No obstante, «aquí dentro van a ir personas, los criterios de tolerancia a fallo son mucho más exigentes que en cualquier satélite». De ahí, el desarrollo de sistemas con tolerancia a fallo doble. «Debemos preservar la vida humana de los astronautas, es un elemento irremplazable y el más importante de la misión».
Si los planes de la NASA se cumplen, el primer binomio PPE-HALO de Gateway se lanzará «no antes de noviembre de 2024» desde el Centro Espacial Kennedy. La estación lunar es parte clave del programa Artemis, que pretende volver a llevar al ser humano a la superficie de nuestro satélite. El plan de vuelo que maneja la agencia espacial, no obstante, sin contar con Gateway pasa por el viaje de la nave Orion hasta la órbita selenita, donde la estará esperando la Starship modificada como HLS.
Después del acople, los astronautas pasarán al HLS, que servirá de 'ascensor' hacia y desde la superficie mientras la Orion espera la vuelta de los cosmonautas. Hecho el trabajo, la HLS asciende de nuevo, se acopla, los astronautas pasan a Orion y vuelta a la Tierra. Todo esto cambiará cuando la Gateway esté operativa. El programa Artemis va más allá y entre los planes contemplan construir una colonia permanente en Selene, en la que Gateway servirá de intercambiador.
La estación espacial tiene previsto permanecer en órbita lunar un mínimo de 15 años y que se convierta en punto de partida para los viajes a Marte. «No es una órbita sencilla porque necesita muchas correcciones, pero ofrece dos ventajas: circula a menos de 100 kilómetros de la Luna, que es el espacio ideal para alunizar, y al ser elíptica, es muy fácil volver hacia la Tierra con poca energía o salir hacia el planeta rojo».
«Dentro de unos años, cuando miremos a la Luna, veremos un puntito brillante. Ahí estará nuestra estación espacial lunar, igual que ahora tenemos la de la Tierra». Y un sistema 'made in Spain' será el encargado de que todo funcione correctamente.
Esta noticia ya la adelantó LEUKSNA hace un mes.
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