Expertos de Arizona investigan cómo prevenir atascos en el tráfico cislunar

Hasta ahora, nadie ha hecho un seguimiento de cuántos objetos artificiales hay en la órbita lunar. Nio dónde están. Sin una forma de realizar un seguimiento de este tráfico, el espacio que rodea nuestro satélite podría llenarse rápidamente. Por lo, la Dirección de Vehículos Espaciales del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea ha encomendado a los investigadores de la Universidad de Arizona que controlen este inminente atasco otorgándoles una subvención de 6,61 millones de euros.

«Hemos sido líderes mundiales en exploración espacial durante décadas, y nuestros científicos fueron fundamentales en el mapeo de la superficie lunar para la misión Apolo 11 de la NASA en 1969», recuerda el presidente del centro educativo, Robert C. Robbins. «Ahora estamos construyendo sobre este legado para comprender mejor y abordar de manera proactiva la posible congestión del tráfico entre la Tierra y la Luna».

Los investigadores principales son Roberto Furfaro, profesor de ingeniería industrial y de sistemas, y Vishnu Reddy, profesor asociado en el Laboratorio Lunar y Planetario de la Facultad de Ciencias. «Con proyectos como la misión Catalina Sky Survey y Near-Earth Object Surveyor, LPL está a la vanguardia en el rastreo y caracterización de objetos espaciales en movimiento natural, como asteroides», explicó Carmala Garzione, decana de la Facultad de Ciencias. «Este equipo se basa en décadas de experiencia para hacer lo mismo con los objetos creados por el hombre y que se sitúan en el espacio cislunar».

Según la NASA, hay más de 23.000 objetos catalogados que orbitan la Tierra y la congestión es una preocupación cada vez mayor. Furfaro y Reddy estiman, no obstante, que solo hay docenas de cargas útiles rodeando Selene. «Esta parte del espacio se está volviendo extremadamente congestionado, por lo que, junto con la Fuerza Espacial, estamos tratando de adelantarnos al problema», indicó Furfaro, quien inició un programa de conocimiento del dominio espacial en la universidad en 2015.

Si bien las colaboraciones anteriores del equipo con la Fuerza Aérea se centraron en la conciencia de los objetos en el rango geoestacionario, a 58.000 kilómetros del centro de la Tierra, este proyecto se extiende a 704.000 kilómetros del centro terrestre. Allí la cargas útiles lanzadas son en su mayoría autoinformadas y no están monitoreadas por una agencia internacional central. 


© Universidad de Arizona


Por eso, el equipo de Arizona creará una ciberinfraestructura que identifique los objetos, allanando el camino para una buena organización en los alrededores de nuestro satélite. Reddy niega querer aumentar la eficiencia de las 'carreteras' lunares. Simplemente tratan de estudiar las primeras fuentes de tráfico para disponer de un sistema que permita una mejor toma de decisiones incluso antes de que existan esas 'carreteras'.

«Colaboraciones como esta son clave para proporcionar un ecosistema espacial seguro y sostenible», afirma Benjamin Seibert, líder del Área de Misión de Control Espacial para la Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, o AFRL. Y es que la capacidad de detectar y catalogar objetos desde la Tierra hasta la Luna y más allá permiten una libertad de navegación crítica para el uso civil y comercial del espacio. 

Para ello, Reddy y sus estudiantes se sirven de sensores en el centro de investigación Biosphere 2 de la universidad. Su equipamiento incluye varios telescopios dedicados a la conciencia del dominio espacial, incluido uno construido por un grupo de alumnos del departamento de ingeniería. El seguimiento de objetos creados por el hombre, en lugar de objetos naturales como asteroides, representa un desafío. Estos elementos del espacio cislunar son más difíciles de ver. No solo porque están más lejos, sino porque pueden perderse en el resplandor lunar.

Furfaro, que ha sido nombrado miembro da Vinci 2020 de la Facultad de Ingeniería y tiene un asteroide que lleva su nombre, tiene experiencia en mecánica orbital y aprendizaje automático para objetos artificiales en el espacio. Reddy está centrado en la detección y el seguimiento. Ambos crearán métodos para analizar y catalogar los datos recogidos. Y se asociarán con futuras misiones que envíen objetos a la órbita cislunar. Así los nuevos objetos podrán rastrearse y catalogarse desde el comienzo de sus viajes.

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