Esta semana es la última en la que se podrá observar desde la Tierra la etapa del cohete Falcon 9 de SpaceX que se estrellará en la Luna el 4 de marzo. En las próximas horas la basura espacial, que lleva 7 años a la deriva tras quedarse sin combustible, pasará a la distancia mínima de nuestro planeta, a unos 45.000 kilómetros. No obstante, será observable hasta el día 10, antes de desaparecer de nuestro rango de visión e impactar contra el astro.
Con el fin de hacer accesible al mundo este acontecimiento, el Virtual Telescope Project, con sede en Italia, ha previsto una retransmisión en directo a las 19:00 UTC (20:00 hora española). Su director, el astrónomo Gianluca Masi guiará la sesión en tiempo real. El experto logró captar ayer en Roma la imagen del propulsor descarriado, mostrándolo como un punto brillante moviéndose velozmente a través del fondo estrellado. Las condiciones no eran las ideales, pero «mañana será más brillante y debería ser más fácil de ver y ser más espectacular», dijo, en alusión a hoy.
Este propulsor es la segunda etapa de un cohete lanzado el 11 de febrero de 2015 desde Cabo Cañaveral en Florida (EE UU). Fue la primera misión de SpaceX al espacio interplanetario, en la que la compañía dirigida por Elon Musk entregó con éxito el Observatorio Climático del Espacio Profundo de la NOAA, o DSCOVR, al primer punto Lagrange entre la Tierra y el Sol. La nave se volvió así cislunar, y quedó atrapada en una órbita inestable entre la Tierra y la Luna. Se espera que el aparato golpee en algún lugar cerca del ecuador selenita. Será la primera vez que un objeto construido por el hombre llegue involuntariamente a la superficie de nuestro satélite.
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