Cuando un innovador ordenador desarrollado por la Universidad Estatal de Montana (EE UU) se dirija a la Luna el próximo año para realizar pruebas como parte de una misión de la NASA, portará en su interior una carga inusual: mensajes cortos enviados por sus estudiantes y por cualquier otra persona que quiera ayudar a conmemorar el viaje. Y es que los investigadores de la MSU están invitando ya al público general a mandarles un texto de alrededor de 50 palabras (que puede estar acompañado si se quiere de una imagen), que se almacenará en la memoria del prototipo de la computadora –del tamaño de un cubo de Rubik– cuando despegue, probablemente a bordo de un cohete SpaceX en verano de 2023.
«Teníamos espacio para un poco de memoria adicional en el ordenador y pensamos que esta sería una forma genial para que las personas se conectaran con el proyecto», explica Brock LaMeres, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Facultad de Ingeniería Norm Asbjornson de la MSU. La iniciativa es posible gracias a una tecnología informática que desarrolló hace una década, tolerante a la radiación, llamada RadPC. Fue una de las 12 cargas útiles que, tras ganar un lugar codiciado en 2019 para viajar a la superficie selenita como parte del programa de servicios lunares comerciales de la agencia norteamericana, en el que varios módulos de aterrizaje desarrollados por empresas privadas llevarán pequeñas cargas al astro.
© MSU / Adrian Sánchez-González |
El viaje a la Luna será la prueba más grande de RadPC hasta el momento, después de haber superado dos pruebas en pequeños satélites lanzados desde la Estación Espacial Internacional (ISS), tres estancias en la propia ISS, así como viajes más cortos al borde del espacio exterior en cohetes de sondeo y globos de gran altitud. Uno de los satélites contenía placas de aluminio inscritas con los 2.000 nombres de la clase que se graduó de MSU en primavera de 2018. Y es que desde su inicio, el proyecto ha involucrado a 62 estudiantes universitarios, 17 graduados y casi una docena de profesores, incluidos los ingenieros del personal en el Laboratorio de Ingeniería y Ciencias Espaciales.
Las computadoras a bordo que controlan las naves espaciales, incluidos los satélites involucrados en el pronóstico del tiempo, el GPS y las comunicaciones de largo alcance, deben lidiar con la radiación de alta energía emitida por el sol y otros cuerpos celestes. Tradicionalmente, los circuitos sobredimensionados hechos de materiales especiales han brindado resistencia, pero eso también hizo que los dispositivos fueran más costosos y engorrosos. Por el contrario, RadPC combina múltiples procesadores de ordenador comunes con software para crear redundancia sobre la marcha, lo que permite que los cálculos continúen incluso si una partícula de radiación golpea e interrumpe la memoria sensible de la computadora.
LaMeres sugirió que los mensajes inspiren a las generaciones futuras y destaquen los aspectos positivos del planeta Tierra o rindan homenaje a alguien. Para enviar un texto (el servicio es gratuito, aunque admite donaciones), entra en la página montana.edu/moon. Después, escribe en la casilla correspondiente alrededor de 50 palabras (entre 2-4 oraciones). Las fotografías –el segundo paso– deberán tener formato JPG y no pesar más de 200 kb. «Considere una imagen que muestre las mejores cualidades de nuestro planeta o algo que le enseñaría a alguien en 1.000 años para describir cómo era el mundo en 2022», recomiendan.
«El espacio es difícil. El cohete podría explotar. El módulo de aterrizaje podría estrellarse. RadPC podría fallar. Pero eso no nos impide intentarlo. Si algo sale mal, su mensaje seguirá existiendo para las generaciones futuras. Podría ser en forma de polvo espacial», alientan desde la Universidad de Montana. Todo comenzó con una idea para un PC que usa la redundancia para recuperarse de fallas causadas por la radiación. La contribución novedosa de MSU fue «reparar» la parte defectuosa del hardware y restaurarla a su estado original en segundo plano. Esto llamó la atención de la NASA.
«Luego comenzamos a construir prototipos y a volarlos en cualquier cosa. Esto incluía globos y cohetes sonoros (sonoros significa que suben y luego vuelven a bajar). Después, fuimos seleccionados para probar RadPC a bordo de la Estación Espacial Internacional. Y más tarde, la agencia norteamericana decidió probar RadPC en dos misiones satelitales», resume el profesor. Finalmente recibieron la llamada de la NASA para anunciarles que volarían a la Luna. Y ahora, ellos nos hacen volar hasta allí a los demás... Todo, en forma de 8 Terabytes de almacenamiento. O lo que es lo mismo: el espacio de 64 iPhone 13.
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