El simulacro ruso de vida en la Luna cumple ya 2 meses

Rusia tiene planes de viajar a la Luna. Para ello ha montado un gran simulacro: Sirius 21. Y es que los científicos del país quieren materializar en el futuro la misión perfecta. Hoy se cumplen 2 meses desde que comenzara el experimento, inicialmente agendado para junio (la pandemia de COVID-19 provocó su retraso y no pudo llevarse a cabo hasta el 4 de noviembre). 

El objetivo es recrear cómo sería el viaje a nuestro satélite, corregir los detalles que quedan por pulir y ensayar la forma en que trabajarán los astronautas elegidos. De acuerdo con la información facilitada por la agencia TASS, Moscú planea lanzar una misión tripulada a Selene en 2031. El simulacro tiene como base el Instituto ruso de investigaciones médico-biológicas y cuenta con la intervención de seis voluntarios seleccionados entre doce candidatos.

© Roscosmos

Estos seis 'astronautas' permanecerán encerrados durante 240 días en un módulo especial con el fin de trabajar como si fueran los verdaderos cosmonautas que viajarán a la Luna con la orden de realizar una colección de muestras y estudiarlas. La tripulación tiene talentos internacionales, pues no solo estarán presentes especialistas rusos, sino que también de otros países. 

El grupo lo componen: el instructor del Centro de Preparación de Cosmonautas Oleg Blínov, la cirujana Víktoria Kirichenko, la investigadora Ekaterina Kariákina, ambas del Instituto ruso de investigaciones médico-biológicas, el experto en lengua y literatura rusas de EE UU William Brown, la representante del Comando Espacial de las Fuerzas Armadas estadounidenses Ashley Kowalski y el cosmonauta de Emiratos Árabes Unidos Saleh Omar àl Ameri.

¿Qué hará el grupo?

La misión del equipo es 'llegar' a nuestro enigmático cuerpo celeste, orbitar en él y buscar un lugar seguro para el alunizaje, desembarcar y retornar. Asimismo tendrán la tarea de tomar muestras de la superficie y conducir un vehículo lunar con el objetivo de probar su capacidad. Para realizar este 'paseo' simulado se diseñaron escafandras especiales que cuentan con cascos de realidad virtual.

Dicho trabajo 'ficticio' no sólo está conformado por la comunidad científica de Rusia. También interviene el trabajo cooperativo del Programa de Investigaciones Humanas de la entidad espacial norteamericana (NASA) y las agencias espaciales de Rusia, Alemania y Francia.

© MBRSC

En primera persona

Saleh Omar àl Ameri, ingeniero mecánico emiratí de 31 años, es uno de los 'afortunados'. Se encuentra confinado en «una habitación estrecha del tamaño de un armario», con la comida deshidratada que comen los astronautas y una conexión limitada con el mundo exterior. Así es la vida dentro de la burbuja de aislamiento, que dispone de su propia atmósfera y presión de aire, recreando un entorno similar al espacio. 

Su cuarto tiene una cama individual contra la pared, un armario de dos puertas y un pequeño escritorio, en el que se encuentran dos ordenadores portátiles y equipo médico: cada miembro de la tripulación debe medir su presión arterial, temperatura, niveles de estrés y otros parámetros inmediatamente después de despertarse. «Son muy críticos y se controlan de cerca. Los enviamos a los expertos todas las mañanas a las 7.00 horas», cuenta.

Tiene una bandera de los Emiratos Árabes Unidos y logotipos del centro espacial colgados en el armario. «Me motivan y brindan apoyo psicológico», reconoce. Permanece en contacto con su familia (esposa, padres, hermanos...) a través de correos electrónicos y videollamadas. Sin embargo, cada aspirante tiene un tiempo limitado en Internet, ya que siguen un horario estricto que incluye experimentos y ejercicios .En su tiempo libre, Ameri juega al ajedrez con sus colegas y lee libros. 

Entre las comidas que reciben los participantes se incluyen madrooba (pollo y arroz), saloona (pollo, pescado, cordero o estofado de ternera) y balaleet (postre de fideos). Usando la realidad virtual, se les pidió que acoplaran una nave con éxito a la ISS y a la Lunar Gateway, También condujeron un rover lunar recolectando muestras y transfiriéndolas de regreso a la base. Además, realizarán caminatas espaciales simuladas fuera de la estación flotante.